statement

Existe un lenguaje para entender el espacio y un lenguaje para entender el sonido.

¿Qué pasa entremedio de éstos idiomas tan diferentes?

No es un híbrido que nace entre ambos, sino más bien una nueva concepción de algo que no es ni uno ni lo otro, es algo diferente. La exploración de uno dentro del otro puede encontrar un canal de comunicación, donde ambos comienzan a experimentar un posible lenguaje común: el del espacio sonoro.

La búsqueda de un vocabulario:

que logra expresar lo etéreo

pero palpable,

que despliega una temporalidad

pero es estático a la vista,

que tiene forma y dimensión

pero que es invisible,

aunque perceptible a la piel.

No es necesario redefinir el concepto de espacio ni el de sonido, si no de expandir el campo de cada uno para que logren encontrarse, cruzarse, aparearse, para darle cabida a nuevos conceptos que logren hablar de un “entre”.

es una zona experiencial donde la presencia volumétrica excede los límites físicos,

es una caja de resonancia que comienza a existir desde la experiencia auditiva,

es un espacio que se comprende desde una experiencia estética y perceptual,

es una secuencia de hechos sonoros que se desenvuelven en el tiempo,

es una danza entre el cuerpo en movimiento y la cronología sonora,

es una nube de sonido que rodea el espacio que habita el cuerpo,

es una sensación que construye espacios sin piedras ni ladrillos,

es una acción de la física que hace cantar la arquitectura,

es una escultura de sonido que se talla con la acústica,

y tantas cosas que entenderíamos mejor

si no tuviéramos ojos.